Cuando el negocio marcha bien no suele haber conflictos, pero en el momento en que surgen los primeros inconvenientes suelen aflorar los desacuerdos entre los socios. Estos son los más habituales que tevas a encontrar:
1. No clarificar de antemano lo que cada uno espera del otro
Las expectativas vitales y profesionales cambian y llega un momento en que un socio se desvía de otro.
Consejo: Es imprescindible elaborar un protocolo de actuación para constituir una empresa. Estos protocolos, conocidos como pactos de socios, son una pequeña constitución de normas y actuaciones que todos los miembros de la empresa deben acatar.
Hay que anteponerse a todas las posibilidades de conflicto que puedan surgir más adelante y definir la actuación que seguiremos. En las empresas familiares es frecuente que surjan suspicacias entre unos miembros familiares respecto a otros. Lo primero que hay que determinar es qué miembros de la empresa conviene que actúen como trabajadores, quiénes como gestores, y qué miembros van a participar úncamente como propietarios. No necesariamente la empresa tiene que representar la posibilidad de trabajo para todos ellos.
2. Tu socio quiere introducir a otro socio más en la empresa
Hay que tener cuidado cuando uno de los socios pretende que se incorpore otro nuevo a la empresa. Pueden surgir problemas dependiendo de los porcentajes que ostenten cada uno. Si hablamos de una relación al 50% entre dos socios A y B y uno de los socios (B) pretende que cada uno ceda un 10% a un socio nuevo (C), la empresa quedaría así repartida: el 40% para A, 40% para B y 20% para C. La relación inicial se ha desequilibrado y el socio B y el socio C manejan ahora el 60%, con lo que tienen capacidad par dirigir el rumbo que quieran darle a la empresa. Si hay buenas intenciones no hay problema, pero en caso contrario, el socio A se quedaría en minoría.
Consejo: Para mantener el equilibrio inicial, puedes proponerle a tu socio que reparta su parte con el tercer socio en cuestión, de esta forma tú mantienes tu 50% en la empresa y ellos un 25% cada uno, aconseja el consultor.
3. Tu socio solicita dinero porque tiene problemas financieros
La empresa no puede convertirse en un fondo de reserva para ninguno de los socios porque eso puede servir de precedente para situaciones posteriores. Por ejemplo, si el otro socio se encuentra en una situación similar se va a considerar con todo el derecho de reclamar un préstamo igual que el primero. La empresa necesita tener una tesorería.
Consejo: Es más recomendable conceder un préstamo personal fuera de la empresa, si este socio te merece suficiente confianza. Si esto no fuera posible y finalmente llegáis a la conclusión de que sea la empresa la que fíe, habrá que plantearlo con las máximas garantías, de la misma manera que si se estuviese acudiendo a una entidad financiera. Pero insisto en que hay que evitar al máximo posible que la empresa se convierta en un prestamista.
No es aconsejable mezclar temas personales y profesionales. Y lo que nunca hay que hacer es hipotecar bienes de la empresa para que un socio tenga dinero, porque se corre el riesgo de que si,llegado el caso, embargan ese bien, la empresa pueda quedarse sin actividad.
4. Tu socio no cumple con sus obligaciones
A veces, un socio tira del otro, y esto es lógico y normal en el funcionamiento de una empresa a dos o más bandas. El problema aparece cuando la actitud pasiva es persistente. Entonces habrá que determinar porqué está ocurriendo.
Consejo: Si las causas de su actitud proceden porque cree que no encaja con el perfil que se le ha encomendado dentro de la empresa, quizá conviene redefinir sus obligaciones. Pero si es por incapacidad o persiste en su actitud, la mejor opción es que salga de la empresa y optes por comprar su parte.
5. Un conflicto de infidelidad
Cada vez es más frecuente que se produzca lo que podríamos denominar como infidelidad entre los socios. Igual que pasaría con una relación de pareja, cada vez es más difícil mantener el equilibrio entre dos socios. En un mundo en el que los inputs y los estímulos son cada vez más variados aparecen continuamente nuevas posibilidades o amenazas. Sobre todo cuando en la empresa aparecen problemas o no va tan bien como en un principio se esperaba.
Consejo: Aquí entra en juego el conocimiento previo que debes tener de la persona con la que te vas a asociar y su ética personal. Es fundamental conocer a fondo cómo es el socio: infórmate por terceros o con alguien que haya tenido algún tipo de convivencia profesional con él. Puedes pedir informes de cómo ha sido la actuación profesional de esa persona en otra empresa. Recurre, una vez más, a las cláusulas que se pueden incluir en el pacto privado de socios, o en los propios estatutos sociales, y que deben indicar que se podrá excluir a aquel socio que realice competencia desleal a la empresa. El socio administrador lo tiene expresamente prohibido por ley.
6. Tu socio tiene mal carácter
Hay que tener en cuenta que la vida en sociedad de una pequeña o mediana empresa conlleva muchas horas de convivencia entre los socios, por lo que no es lógico tener que aguantar a personas de mal carácter o maleducadas, que no te guardan el mínimo respeto día tras día.
Consejo: Cuando uno busca un socio lo primero que tiene que valorar es qué tipo de personalidad tiene. Si tiene desequilibrios emocionales, nunca lo elijas como socio. Déjale claro que no estás dispuesto a tolerar situaciones tensas y violentas continuamente. Puede expresar sus opiniones, pero siempre con respeto.
7. Si tu socio se inmiscuye en tu trabajo
Puede que en un determinado momento, tu socio vaya más allá de las responsabilidades propias que en un principio tenía encomendadas y al sentirse parte integrante de la empresa, se crea con el derecho de actuar sobre áreas que son de tu competencia, o de decirte cómo tienes que ejercer tus funciones.
Consejo: Como medida preventiva y para evitar que uno de los socios rebase el límite de las funciones que se le han asignado e intente “invadir” un terreno que no es de su competencia, deben quedar bien definidas de antemano las áreas específicas y el trabajo que van a desempeñar cada uno de los socios, mediante una cláusula en los estatutos de la empresa, o mediante el pacto privado de socios, en el cual se determine las funciones que va a desempeñar cada socio. De esta forma, se podrá excluir al socio en caso de que incumpla sus funciones.
8. Tu socio quiere venderte su parte de la empresa
Diversos motivos pueden llevar a tu socio a querer venderte su parte de la empresa: puede que la empresa no vaya todo lo bien que él pensaba, quiere orientar su carrera en otro ámbito, quiere continuar su camino empresarial en solitario o con otras personas, etc. En estos casos, suelen aflorar desacuerdos debido a que el que vende pide mucho más de lo que pagó en su momento.
Consejo: Hay muchos modelos de valoración de empresas pero cualquiera de ellos puede estar sometido a un matiz totalmente subjetivo. Por ello, es recomendable encargar una valoración de la empresa a un experto independiente, y en base a dicha tasación, intentar alcanzar un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
Visto lo anterior, resulta evidente que la relación existente entre los socios puede quedar deteriorada, o rota, por difetentes motivos, y que por ellos resulta cada vez más imprescindible establecer las reglas de actuación entre los socios entre sí, para con la empresa, y frente a terceros.
En Febrer Asesores podemos ayudarte, y elaborar el pacto privado de socios que mejor se adapte a tus necesidades y a las de tu empresa. Consúltanos sin compromiso alguno por tu parte.
Febrer Asesores es un despacho ubicado en Benicarló (Castellón) con más de 50 años de experiencia en asesoramiento integral, tanto a empresas como a particulares.
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